Congreso de EE.UU. busca blindar el desarrollo de cazas F/A-XX y aeronaves E-7 Wedgetail
El Congreso de Estados Unidos impulsa la restauración del programa de cazas embarcados de sexta generación F/A-XX y el sistema aéreo de alerta temprana E-7 Wedgetail, revirtiendo recortes propuestos por el Pentágono que generaron fuerte rechazo en sectores militares y legislativos.

Washington D.C., ESTADOS UNIDOS – En una contundente señal de respaldo a los programas estratégicos de defensa aérea de próxima generación, el Comité de Asignaciones del Senado aprobó una versión preliminar del Proyecto de Ley de Apropiaciones de Defensa para el Año Fiscal 2026 que contempla US$ 1.400 millones para el F/A-XX, el futuro caza embarcado de sexta generación de la Marina, y US$ 647 millones para la continuidad del E-7 Wedgetail, la nueva aeronave de alerta temprana y control de la Fuerza Aérea.
El texto legislativo responde a la creciente preocupación por las consecuencias operativas que tendría el desmantelamiento de ambos programas, tal como propuso el Pentágono en su presupuesto. Esa iniciativa planteaba frenar el desarrollo del F/A-XX y eliminar por completo la compra del E-7, reemplazo del envejecido E-3 Sentry.
Una disputa estratégica sobre el dominio aéreo del futuro
El F/A-XX, concebido para operar desde portaaviones de propulsión nuclear como reemplazo de los F/A-18E/F Super Hornet y E/A-18G Growler, es considerado clave para mantener la superioridad aérea en entornos de alta amenaza, especialmente ante las crecientes capacidades de combate de potencias como China y Rusia.
El almirante Daryl Caudle, candidato a Jefe de Operaciones Navales, advirtió que prescindir del programa comprometería “la capacidad de proyectar poder desde el mar” en un escenario dominado por tecnologías de sexta generación. “Un portaaviones sin un ala aérea de vanguardia pierde su ventaja disuasiva”, declaró durante su audiencia de confirmación ante el Senado.

Presión sobre la base industrial y prioridades cruzadas
El Departamento de Defensa justificó la reducción de fondos señalando la imposibilidad de sostener simultáneamente el desarrollo del F/A-XX y el F-47, el caza de sexta generación de la Fuerza Aérea. La preocupación se centra en la capacidad de la base industrial aeronáutica para producir y sostener dos programas complejos a la vez.
Sin embargo, la Marina incluyó al F/A-XX en su lista prioritaria de necesidades no financiadas (UPL), lo que evidencia un desacuerdo interno dentro del propio Pentágono. El proyecto está siendo disputado principalmente entre Boeing y Northrop Grumman, luego de que Lockheed Martin quedara fuera de competencia a inicios de este año. Esta última ahora propone una variante mejorada del F-35 como alternativa provisional.

El E-7 Wedgetail, una necesidad operativa en entredicho
La polémica también rodea la cancelación del programa E-7 Wedgetail, destinado a reemplazar la obsoleta flota de aviones E-3 Sentry. La Fuerza Aérea pretendía migrar gradualmente hacia soluciones de vigilancia aérea desde el espacio, pero el Congreso considera que esa transición dejaría un vacío crítico en la capacidad de alerta temprana.
“La flota E-3 apenas se mantiene operativa, y no hay margen para ‘remiendos’ mientras esperamos sistemas satelitales aún no desplegados”, advirtió la senadora republicana Lisa Murkowski, en representación de Alaska, donde la cobertura aérea es vital para la defensa del Ártico.
El secretario de Defensa Pete Hegseth defendió la decisión presupuestaria afirmando que el E-7 “resulta costoso y menos viable en el campo de batalla moderno”, aludiendo a su limitada capacidad de supervivencia ante amenazas avanzadas.

Resistencia desde las filas militares
La cancelación del E-7 también ha generado rechazo dentro del estamento militar. En julio, 19 generales retirados de la Fuerza Aérea, entre ellos seis exjefes del Estado Mayor, firmaron una carta abierta al Congreso para exigir la continuidad del programa, que consideran esencial para mantener la cobertura ISR (inteligencia, vigilancia y reconocimiento) del espacio aéreo nacional e internacional.
El proyecto de Ley de Autorización de Defensa Nacional (NDAA), presentado por la Cámara de Representantes el 11 de julio, también incluyó US$ 600 millones para la fase de prototipado del E-7, aunque inicialmente no contemplaba cambios sobre el F/A-XX. No obstante, la Cámara pidió explicaciones detalladas sobre los planes de aviones de sexta generación tanto para la Marina como para la Fuerza Aérea.
Un juego presupuestario aún abierto
Los próximos meses serán clave: tanto el Senado como la Cámara de Representantes deberán unificar sus respectivas propuestas y someterlas a votación antes de que el presidente Donald Trump sancione la ley final. Las cifras actuales podrían modificarse en ese proceso, pero el respaldo del Senado ya marca un punto de inflexión político y estratégico en la lucha por preservar ambos programas.
En un entorno global cada vez más volátil y disputado, el futuro de la superioridad aérea embarcada y del control del espacio aéreo está siendo decidido no sólo en hangares o centros de pruebas, sino también en los pasillos del Capitolio.
Fuentes: The War Zone, Air & Space Forces Magazine