Australia se encuentra en máxima alerta tras la presencia de un buque de investigación chino, el Tan Suo Yi Hao, en las proximidades de su costa sur, donde transitan rutas críticas de cables submarinos que constituyen la infraestructura esencial para la comunicación global y la conectividad a internet.
Canberra, Australia – El Tan Suo Yi Hao, operado por el renombrado Instituto de Ciencias e Ingeniería de las Profundidades Marinas de China, zarpó de Wellington, Nueva Zelanda, el pasado 23 de marzo, y ha estado navegando por el mar de Tasmania y el estrecho de Bass, siguiendo una ruta paralela a los cables submarinos de comunicación que conectan a Australia con redes internacionales. Aunque oficialmente descrito como un buque de investigación científica, su presencia y su ruta específica han despertado suspicacias.
El buque está equipado con tecnología de última generación para la exploración de aguas profundas, incluyendo sumergibles capaces de alcanzar profundidades de hasta 10.000 metros y 11 laboratorios de investigación a bordo. Estas capacidades lo posicionan como una herramienta de alto valor tanto para la ciencia como para posibles usos estratégicos. Esto ha llevado a expertos en seguridad a advertir que el buque podría estar mapeando o evaluando la vulnerabilidad de los cables submarinos, un recurso crítico dentro del panorama geopolítico y de defensa.
El Primer Ministro australiano, Anthony Albanese, confirmó que el buque chino opera dentro de aguas internacionales y no ha infringido las leyes marítimas. Sin embargo, expresó abiertamente que preferiría que el buque no estuviera tan cerca del territorio australiano, dadas las implicancias estratégicas. Por su parte, la Fuerza de Defensa Australiana (ADF) ha desplegado recursos para vigilar los movimientos del Tan Suo Yi Hao, mientras este avanza hacia el oeste a lo largo de la costa sur del país.
La oposición política australiana se mostró menos optimista. El líder opositor, Peter Dutton, ha denunciado que este presunto «barco de investigación» podría estar ejecutando en realidad operaciones de recopilación de inteligencia en nombre del gobierno chino. Dutton resaltó incidentes pasados ocurridos en Taiwán y Europa, en los que se sospecha que embarcaciones chinas y rusas habrían interferido con cables submarinos, sugiriendo que la situación actual no debería ser minimizada.
«Estamos viendo una amenaza potencial que podría ser devastadora para nuestra infraestructura de comunicación. Esta no es una simple coincidencia», declaró Dutton, en una crítica directa al manejo del asunto por parte del gobierno.

Los cables submarinos que conectan a Australia con otras partes del mundo son esenciales para la economía moderna, ya que soportan la mayor parte del tráfico global de internet y comunicaciones seguras. Analistas en seguridad nacional sostienen que el conocimiento detallado de estas infraestructuras podría proporcionar una ventaja táctica significativa en caso de tensiones geopolíticas.
En el pasado, ya se han documentado incidentes similares. En 2020, otro buque chino fue observado realizando actividades cercanas a la costa oeste australiana, lo que generó preocupaciones similares. Estos patrones han llevado a aumentar los niveles de vigilancia en torno a las aguas territoriales y las zonas internacionalmente estratégicas.
En Beijing, el Ministerio de Asuntos Exteriores chino, a través de su portavoz Guo Jiakun, rechazó las acusaciones, describiendo las actividades del buque como «operaciones marítimas normales» realizadas bajo el marco del derecho internacional. Sin embargo, la negativa a proporcionar detalles específicos sobre los objetivos de la misión del Tan Suo Yi Hao alimenta aún más la especulación sobre sus posibles propósitos.
El Tan Suo Yi Hao está programado para regresar a su base en Sanya, China, el 30 de abril de 2025, lo cual indica que su presencia en la región podría prolongarse por un periodo significativo. Durante este tiempo, las autoridades australianas intensificarán la vigilancia de sus movimientos, asegurando que cualquier acción que pudiera comprometer la seguridad nacional sea detectada y contrarrestada a tiempo.
Este episodio se produce en un contexto de creciente tensión en la región del Indo-Pacífico, donde potencias como China y Australia compiten por influencia y permiten vislumbrar desafíos mayores en la arena de la defensa marítima. La posibilidad de que embarcaciones como el Tan Suo Yi Hao estén equipadas no solo para tareas científicas, sino también para actividades de espionaje o sabotaje en infraestructuras críticas, subraya la importancia de reforzar los sistemas de monitoreo y la cooperación internacional para proteger estos activos estratégicos.
La expectación por el desenlace de este caso pone una vez más de relieve cómo las profundidades del océano pueden convertirse en el nuevo frente de las rivalidades geopolíticas, donde la tecnología y la estrategia se entrelazan. ¿Será este un preludio de mayores desafíos en la seguridad marítima global? Solo el tiempo lo dirá.
Referencias: Skynews, ABC News