La India suspende la compra de armas de Estados Unidos por aumento de aranceles
La tensión comercial entre India y Estados Unidos escala tras la imposición de nuevos aranceles por Washington. En respuesta, Nueva Delhi evalúa frenar adquisiciones militares estadounidenses, lo que podría impactar en su estrategia de modernización y equilibrio geopolítico regional.

Nueva Delhi, India – La relación estratégica entre la India y Estados Unidos enfrenta un momento de tensión significativa tras la decisión de Nueva Delhi el 8 de agosto de 2025 de suspender temporalmente sus planes de compra de armamento y aeronaves de fabricación estadounidense. La medida llega después de que Washington impusiera un arancel adicional del 25 % sobre ciertas importaciones indias, elevando la carga tributaria total al 50 % para productos clave. La sanción es interpretada por el gobierno indio como una represalia directa por la persistente adquisición de petróleo ruso por parte de la India, a pesar de las presiones occidentales.
Según funcionarios del Ministerio de Defensa indio citados por Reuters, la medida implica la paralización de negociaciones para nuevos contratos que incluían sistemas de armas de alta tecnología, plataformas aéreas de combate y equipamiento de apoyo logístico. Uno de los proyectos más afectados sería la adquisición de aeronaves de patrulla marítima y helicópteros polivalentes de última generación, considerados críticos para la capacidad de disuasión naval india en el océano Índico.
La decisión también conllevó la cancelación de la visita oficial que el ministro de Defensa, Rajnath Singh, tenía prevista a Washington en las próximas semanas. Durante ese viaje, se esperaba anunciar avances en programas conjuntos y adquisiciones de defensa. “La compra podrá retomarse una vez que se clarifique la dirección de las relaciones bilaterales y el impacto de los aranceles”, explicó una fuente de alto nivel en Nueva Delhi, que subrayó que la pausa es de carácter político-estratégico, no técnico.

La respuesta del primer ministro Narendra Modi fue particularmente firme, al declarar que “aunque tenga que pagar un alto precio, la India defenderá su producción nacional y su autonomía estratégica”. La postura refleja la creciente determinación de Nueva Delhi de reducir su dependencia de proveedores extranjeros, especialmente en sectores sensibles como la defensa, y fortalecer su industria nacional bajo el programa Make in India.
No obstante, medios indios como NDTV citan fuentes militares que desmienten categóricamente que se haya emitido una orden formal de suspensión. “Los procesos de adquisición continúan según los procedimientos establecidos”, señalaron, describiendo los reportes internacionales como “fabricados” o “malinterpretados”. Esta contradicción entre versiones oficiales y filtraciones subraya la complejidad diplomática del momento, donde la India busca preservar su margen de maniobra tanto frente a Washington como frente a Moscú, mientras mantiene una proyección naval robusta en el Índico y el estrecho de Malaca.
La situación podría tener un impacto directo en los planes de modernización naval y aérea de la India, especialmente en lo relativo a vigilancia marítima, guerra antisubmarina y control de rutas energéticas críticas. En un contexto de creciente competencia con China y de tensiones regionales, cualquier retraso en la renovación de capacidades podría reconfigurar el equilibrio estratégico en el sur de Asia.
Fuentes: Reuters, NDTV