China muestra misiles hipersónicos, drones submarinos y armas láser en el aniversario 80° de la Victoria en Asia
China exhibió en Pekín su arsenal naval más avanzado, incluyendo misiles hipersónicos, drones submarinos y un láser embarcado. El despliegue, en el 80.º aniversario de la rendición japonesa, proyectó un mensaje de modernización y disuasión al Indo-Pacífico y Occidente.

Pekín, China / Miércoles 3 de septiembre de 2025 — La mañana gris sobre la Avenida Chang’an no logró opacar el brillo metálico de los nuevos sistemas de armas que el Ejército Popular de Liberación (EPL) desfiló en el corazón de Pekín. Ante el liderazgo del Partido Comunista y delegaciones extranjeras, China convirtió la conmemoración del 80.º aniversario de la rendición japonesa en una demostración calculada de su poderío naval en ascenso.
Uno a uno, los misiles antibuque abrieron la secuencia. El compacto YJ-15, concebido para escenarios litorales, marcó el inicio de una narrativa ascendente. Tras él, el YJ-17, de alcance medio, sugirió la capacidad de golpear con precisión desde fragatas y aeronaves patrulla. Luego emergió el YJ-19, supersónico, capaz de desafiar defensas modernas gracias a trayectorias imprevisibles. Finalmente, el YJ-20 captó la atención internacional: un misil con fase hipersónica terminal, diseñado para quebrar el escudo protector de grupos de portaaviones estadounidenses.

La segunda parte del desfile puso el acento en la defensa aérea naval. El HHQ-9C, con un rango que rivaliza con el Patriot PAC-3, evocó la ambición de convertir cada destructor chino en un nodo de protección regional. Le siguieron el HQ-16C y el HQ-10, completando un paraguas de alcance múltiple. Pero la sorpresa estuvo en el LY-1, un sistema láser naval que debutó públicamente. Su sola presencia confirmó que Pekín se adentra en la era de la energía dirigida, un dominio donde hasta ahora sólo Estados Unidos y Europa habían mostrado progresos tangibles.

La exhibición no se limitó a la superficie. El bloque dedicado a la guerra submarina mostró la profundidad del esfuerzo chino. El torpedo pesado AQA010, evolución del Yu-6, apareció escoltado por el AQS003A, un sistema de lanzamiento encubierto que apunta a operaciones discretas en aguas rivales. A ellos se sumaron los vehículos submarinos no tripulados: el robusto HSU100, pensado para vigilancia prolongada en el lecho marino, y el ágil AJX002, especializado en guerra de minas. Complementando este conjunto, un vehículo de superficie no tripulado (USV) equipado con contramedidas antiminas recordó que Pekín también se prepara para dominar el entorno litoral.


En el aire, el protagonismo lo asumieron los sistemas embarcados de nueva generación. El UCAV GJ-11/21, un dron de ala volante, reveló la ambición de operar desde el portaaviones CV-18 Fujian con capacidad de penetrar defensas aéreas rivales. Lo acompañó un helicóptero no tripulado VTOL, concebido para misiones antisubmarinas desde buques anfibios. La aviación de combate se completó con el J-35, heredero naval del FC-31, y el KJ-600, avión de alerta temprana que otorga a la Armada china el equivalente funcional del E-2D Hawkeye estadounidense.

El cierre quedó reservado para los sistemas estratégicos. El JL-3, misil balístico lanzado desde submarinos, simbolizó la disuasión nuclear en el mar, con un alcance estimado de 10.000 km. Su sola presencia recordó a Washington y Tokio que el radio de acción chino ya no se limita a la región. Junto a él desfiló el YJ-18C, un misil de ataque terrestre de largo alcance que amplía la capacidad ofensiva desde plataformas navales contra objetivos costeros e infraestructura crítica.

La secuencia final dejó claro el mensaje: pese a que conflictos recientes han puesto el foco en drones pequeños y armas de bajo costo, China no renuncia a los sistemas de gran escala. Portaaviones, destructores, submarinos nucleares y misiles estratégicos siguen siendo la columna vertebral de su proyección naval. El desfile en Pekín, más que una conmemoración histórica, fue una advertencia política y militar: el EPL avanza con paso firme hacia una marina capaz de disputar el control del Indo-Pacífico y extender su influencia más allá de sus mares adyacentes.
Fuentes: CCTV, Xinhua, Armada de China