Ucrania ofrece drones navales a Filipinas en acuerdo de cooperación en defensa
Filipinas y Ucrania negocian un acuerdo de defensa centrado en la transferencia y coproducción de tecnología de drones navales. El sistema ucraniano Magura V5, probado en combate contra Rusia, podría ofrecer a Manila una disuasión asimétrica en el disputado Mar de China Meridional.

Manila, Filipinas / 8 de septiembre de 2025 — Filipinas y Ucrania han iniciado negociaciones para establecer un acuerdo de cooperación en materia de defensa que podría transformar la estrategia de seguridad marítima de Manila en el Mar de China Meridional. La iniciativa, revelada por el Philippine Daily Inquirer y confirmada por la embajadora ucraniana Yuliia Fediv, prevé la transferencia y coproducción de drones navales, con la mirada puesta en reforzar la capacidad de disuasión filipina frente a desafíos regionales.
El acuerdo, que Kiev presentó en borrador a comienzos de este año, se centra en la tecnología de vehículos de superficie no tripulados (USV) desarrollados por Ucrania, en particular el Magura V5, una plataforma que ha demostrado su eficacia en operaciones de combate contra la Armada rusa. Según funcionarios ucranianos, el Magura V5 ha sido decisivo en ataques de precisión, incluyendo el hundimiento del patrullero Sergei Kotov en aguas cercanas a Crimea y golpes contra corbetas lanzamisiles clase Buyan-M.

El Magura V5 es un USV de 5,5 metros de eslora y 1,5 de manga, con un peso inferior a una tonelada. Capaz de transportar hasta 320 kilogramos de explosivos, alcanza una velocidad máxima de 42 nudos y dispone de un alcance operativo de 800 kilómetros. Su autonomía de 60 horas, junto con sistemas de navegación inercial, GNSS, comunicaciones cifradas y canales múltiples de vídeo HD, le permiten operar incluso bajo condiciones de guerra electrónica intensa.
Con un coste aproximado de 273.000 dólares por unidad, el Magura V5 se posiciona como una alternativa asequible frente a buques de guerra de mucho mayor valor. Además, su diseño modular admite configuraciones para patrulla, vigilancia o incluso misiones antiaéreas, como demostró el derribo de un helicóptero ruso por una variante modificada. Estos drones han sido desplegados con éxito por el Grupo 13 de drones navales de Ucrania, consolidándose como una herramienta que combina sigilo, velocidad y precisión.
Para la Armada filipina, la incorporación de este tipo de plataformas representaría un salto cualitativo en disuasión asimétrica. En un escenario de desigualdad de medios frente a la superioridad naval china, los drones permitirían a Manila ejecutar operaciones de vigilancia prolongada, interdicción selectiva e incluso ataques de enjambre contra fuerzas mayores. Su bajo coste de producción abre la posibilidad de desplegar un número elevado de unidades, obligando a potenciales adversarios a dispersar recursos en defensa.
Además, el acuerdo contempla no solo la adquisición, sino también la coproducción local y la transferencia de conocimientos, lo que permitiría a Filipinas desarrollar capacidades industriales propias y avanzar en sus programas de modernización naval.

Para Ucrania, este entendimiento representa la primera alianza de defensa en el Sudeste Asiático, ampliando su proyección más allá del teatro europeo y diversificando su presencia estratégica en un momento en que el país busca consolidar alianzas fuera de la OTAN. Para Manila, significa reducir su dependencia de Estados Unidos y abrirse a una red más diversa de socios, que incluye a Israel, Corea del Sur, India y ahora Ucrania.
Sin embargo, persisten desafíos internos: la limitada capacidad industrial, las restricciones presupuestarias y el riesgo de cambios en la política local podrían afectar el ritmo de implementación. Aun así, el acuerdo se inscribe en un contexto de creciente tensión con China por la soberanía en el Mar de Filipinas Occidental, lo que refuerza su relevancia estratégica para el gobierno de Manila.
Si se concreta a finales de 2025, la cooperación entre Kiev y Manila podría simbolizar una convergencia de intereses: Ucrania exportaría sus innovaciones bélicas probadas en combate, mientras que Filipinas adquiriría herramientas decisivas para afirmar su soberanía en aguas disputadas.
Fuentes: Philippine Daily Inquirer, The Diplomat