20 de agosto de 2025

Brasil refuerza su poder naval con la incorporación de la fragata “Jerônimo de Albuquerque”

La Armada de Brasil incorporó su segunda fragata clase Tamandaré, la F201 Jerônimo de Albuquerque, fortaleciendo su capacidad de vigilancia y proyección naval en el Atlántico Sur. El buque, diseñado bajo el consorcio Águas Azuis, refuerza la defensa de la estratégica “Amazonía Azul”.

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Itajaí, Brasil / 8 de agosto de 2025 — La Armada de Brasil dio un paso significativo en su proceso de modernización naval con el bautizo oficial de la fragata F201 Jerônimo de Albuquerque, segunda unidad de la clase Tamandaré. La ceremonia se realizó en el astillero Oceana, en Itajaí, estado de Santa Catarina, con la presencia de la alta cúpula naval, autoridades gubernamentales, ejecutivos del sector industrial y la señora Maria Lúcia Guimarães Ribeiro Alckmin, esposa del vicepresidente brasileño, como madrina del buque.

El acto, celebrado un día después de la botadura oficial (8 de agosto), marca un nuevo avance dentro de la Estrategia Marítima Nacional, que busca proyectar a Brasil como potencia de referencia en la seguridad marítima del Atlántico Sur. La fragata representa no solo una adición a la flota, sino un refuerzo clave para proteger la vasta Zona Económica Exclusiva (ZEE), conocida como Amazonía Azul, un dominio marítimo que se extiende por más de 4,5 millones de km² e incluye reservas estratégicas de petróleo y gas, pesquerías y rutas comerciales de alto valor geopolítico.

Un buque para un escenario marítimo desafiante

El lanzamiento de esta unidad responde a una creciente presión sobre la seguridad marítima brasileña. La pesca ilegal, el contrabando, la piratería y las amenazas contra infraestructuras críticas, como plataformas petrolíferas en aguas profundas, han elevado la urgencia de contar con buques de superficie modernos, de alta autonomía y con capacidad de operar en entornos de amenaza múltiple.

El proyecto clase Tamandaré, considerado pilar de la modernización naval, busca dotar a la fuerza de combatientes de superficie capaces de realizar defensa aérea, guerra antisubmarina, control marítimo y apoyo a operaciones multinacionales. Con estas fragatas, Brasil también refuerza su papel como actor de estabilidad en la región, respaldando misiones de paz y cooperación internacional.

Ingeniería internacional con sello brasileño

La Jerônimo de Albuquerque fue construida bajo el consorcio Águas Azuis, alianza entre Thyssenkrupp Marine Systems (Alemania), Embraer Defensa y Seguridad (Brasil) y Oceana. Basada en el probado diseño MEKO A-100, la fragata ha sido adaptada a los requisitos específicos de la Armada brasileña, asegurando transferencia tecnológica, desarrollo de capacidades locales y autonomía en mantenimiento y modernización a largo plazo.

Capacidades técnicas y armamento

El buque incorpora un radar AESA Saab Sea Giraffe 4A con cobertura de 360 grados y capacidad de seguimiento simultáneo de centenares de objetivos aéreos y de superficie. La defensa aérea está garantizada por el sistema MBDA Sea Ceptor, con misiles CAMM en un sistema de lanzamiento vertical de 12 celdas.

En artillería, dispone de un cañón Leonardo OTO Melara 76/62 Super Rapid capaz de disparar munición guiada DART para defensa antiaérea de precisión, complementado por estaciones de armas remotas Rheinmetall para enfrentar amenazas asimétricas. En el ámbito antisubmarino, cuenta con sonar de casco y opción de antena remolcada, dos lanzadores triples de 324 mm para torpedos ligeros y capacidad para operar un helicóptero SH-60 Seahawk o Airbus H225M.

El sistema de combate Atlas Elektronik CMS 330 integra todos los sensores y sistemas de armas en un solo entorno operacional, mientras que su conjunto de guerra electrónica le permite detectar e interferir emisores hostiles. El paquete defensivo se completa con lanzadores de chaff y bengalas para contramedidas.

Alcance estratégico y proyección de poder

Con 3.500 toneladas de desplazamiento, 107 metros de eslora y velocidad máxima superior a 27 nudos, la Jerônimo de Albuquerque ofrece autonomía operativa de más de 5.000 millas náuticas, lo que la convierte en un activo de gran alcance para misiones prolongadas.

Una vez completadas las pruebas de mar, la fragata se unirá a la unidad líder Tamandaré para conformar la vanguardia de la fuerza de combate de superficie brasileña. Su incorporación permitirá a la Armada proteger infraestructuras estratégicas, escoltar convoyes, asegurar rutas marítimas críticas y aumentar su interoperabilidad en ejercicios multinacionales.

Fuentes: SA Defesa, Ministerio da Defesa do Brasil