Rusia y China inician el ejercicio naval conjunto Joint Sea-2025 en el Pacífico Occidental
Rusia y China dieron inicio a Joint Sea-2025, un ejercicio naval bilateral frente a Vladivostok que involucra buques de guerra, submarinos, aviación naval y tropas terrestres. El despliegue busca afianzar la cooperación militar en el Indo-Pacífico ante crecientes tensiones regionales.

Vladivostok, Rusia – Las Fuerzas Armadas de la Federación Rusa y la República Popular China pusieron en marcha este 1 de agosto el ejercicio naval conjunto Joint Sea-2025, una operación militar que se desarrollará durante seis días en aguas del Pacífico Occidental, con epicentro en la ciudad portuaria de Vladivostok. Se trata de una maniobra de gran escala que incluye el despliegue de unidades navales, aéreas y terrestres, diseñada para fortalecer la interoperabilidad estratégica entre ambas potencias y proyectar una postura común en el creciente escenario de rivalidad en el Indo-Pacífico.
El Ministerio de Defensa ruso informó que las actividades abarcarán operaciones antisubmarinas, defensa aérea integrada, tiro naval con fuego real, búsqueda y rescate submarino, así como prácticas de coordinación interarmas en ambientes de alta intensidad. El ejercicio culminará el 6 de agosto, dando paso a una nueva patrulla marítima conjunta en el norte del océano Pacífico.
Amplio despliegue de medios navales, aéreos y submarinos
La edición 2025 de Joint Sea reúne una significativa fuerza de combate combinada. Por parte de la Flota del Pacífico rusa, participan:
- El destructor antisubmarino Admiral Tributs, clase Udaloy
- La corbeta misilística Rezky, de la clase Steregushchiy
- El submarino Volkhov, clase Kilo (proyecto 636.3)
- El buque de salvamento y rescate profundo Igor Belousov, equipado con vehículos sumergibles
- Aeronaves de patrulla marítima Tu-142 y helicópteros Ka-27
En tanto, la Armada del EPL (Ejército Popular de Liberación) ha desplegado:
- Los destructores Shaoxing y Urumqi, clase Type 052D, con capacidades de misiles de largo alcance
- El buque logístico Qiandaohu, clase Type 903A, para reabastecimiento en el mar
- La embarcación de salvamento Xihu, especializada en rescates submarinos
- Un submarino diésel-eléctrico clase Kilo, de diseño ruso y operado por China
- Drones marítimos, helicópteros antisubmarinos y destacamentos de infantería naval
Ambos países han destacado comandos navales y personal de planificación conjunta en Vladivostok, desde donde se dirige la operación. Esta presencia refuerza el nivel de coordinación operativa e intercambio doctrinario, elemento clave del ejercicio.

Ejes tácticos del ejercicio
Las fases de Joint Sea-2025 incluyen:
- Entrenamientos de defensa aérea en formaciones navales integradas
- Simulación de detección y neutralización de amenazas submarinas
- Maniobras de tiro de artillería con blancos reales en superficie y aire
- Ejercicios de rescate y evacuación de submarinos averiados a gran profundidad
- Operaciones combinadas con cobertura aérea y guerra electrónica
Además, se realizan jornadas de instrucción teórica, seminarios bilaterales de táctica naval y actividades de camaradería entre oficiales de ambas armadas, consolidando los vínculos diplomáticos a través de la cooperación militar.

Un mensaje geoestratégico en tiempos de tensión
La realización de este ejercicio ocurre en un contexto de creciente presión militar en Asia-Pacífico. Estados Unidos y sus aliados llevan adelante en paralelo la operación Resolute Force Pacific 2025, que moviliza más de 12.000 efectivos y centenares de aeronaves en ejercicios con Japón, Corea del Sur y Filipinas.
Ante ese panorama, Joint Sea-2025 representa una respuesta estratégica que subraya la convergencia entre Moscú y Beijing en materia de defensa. Ambos gobiernos han manifestado públicamente su voluntad de profundizar su «asociación sin límites», especialmente en lo que respecta a la seguridad marítima, disuasión frente a terceros actores y defensa de sus intereses soberanos.
Este ejercicio marca también la primera vez que un submarino chino atraca en un puerto militar ruso, lo que ha sido interpretado por analistas como un signo de confianza mutua sin precedentes en el terreno operativo.
El ejercicio Joint Sea-2025 confirma que la cooperación naval ruso-china ha alcanzado un nuevo nivel de integración táctica, con capacidad para realizar operaciones conjuntas en un teatro estratégico como el Pacífico Occidental. Lejos de ser una maniobra rutinaria, la operación representa una advertencia clara sobre la creciente bipolaridad militar en la región, donde los océanos son tan disputados como las alianzas.
Fuentes: Reuters, China Daily, GlobalSecurity