Filipinas apuesta por la guerra asimétrica con un dron naval camuflado como embarcación civil
Filipinas presentó el diseño de Palid, un buque no tripulado disfrazado de embarcación civil y equipado con explosivos, diseñado para ejecutar ataques asimétricos contra buques de guerra. Este desarrollo busca reforzar la disuasión naval frente al creciente poder marítimo de China.

MANILA, Filipinas — En el marco de su estrategia de defensa nacional, Filipinas ha presentado el diseño de una embarcación no tripulada de ataque camuflada como barco civil, capaz de ejecutar misiones suicidas contra unidades navales de gran envergadura. El proyecto, denominado Palid, fue dado a conocer durante la Cumbre de Postura de Defensa de Autosuficiencia (SRDP), celebrada en Manila y organizada por la Armada de Filipinas.
Concebido por ingenieros de la Universidad Estatal de Mindanao, Palid acrónimo de Philippine Autonomous Littoral Interdiction Drone representa una nueva generación de plataformas navales no tripuladas, desarrolladas localmente con apoyo del Departamento de Economía, Planificación y Desarrollo. Este dron de superficie tiene un desplazamiento de 650 kilogramos, puede alcanzar velocidades de hasta 40 nudos (74 km/h) y transportar 150 kilogramos de explosivos, utilizando sensores ópticos e infrarrojos para atacar puntos críticos de buques enemigos, como radares y sistemas de propulsión.
“Si los sistemas de propulsión o el radar de un buque se vuelven inoperables, esas naves valoradas en miles de millones quedan fuera de combate”, afirmó el ingeniero Rembrandt Cajocon, uno de los principales responsables del proyecto.

Disfraz civil, impacto letal
Lo más distintivo de Palid es su aspecto exterior: se presenta como una embarcación pesquera o de transporte común, lo que le permite operar con discreción y acercarse a buques de guerra enemigos sin levantar sospechas. Esta característica refleja una intención clara: apostar por la guerra asimétrica en el dominio marítimo, una táctica cada vez más relevante frente a amenazas de mayor poder convencional, como China.
“Este es un dron suicida, pero también se disfraza de una embarcación civil. Si alguien lo ve, pensará que es un barco normal”, explicó Cajocon.
Palid podrá operar hasta 48 horas sin combustible, gracias a sus baterías internas y contará con conectividad a través de Starlink, ampliando su alcance de comunicación. Su diseño también contempla su uso en misiones de vigilancia costera, lo que refuerza su versatilidad operativa.
Respuesta tecnológica ante desafíos estratégicos
El desarrollo de Palid forma parte de una serie de iniciativas impulsadas por el gobierno filipino para fortalecer su autonomía tecnológica en defensa. El capitán de la Armada Gregory Fabic destacó que el SRDP da prioridad a sistemas no tripulados y que la innovación en drones representa “el enfoque actual” de la fuerza naval.
En la misma línea, el subsecretario de Defensa Nacional, Augusto Gaite, subrayó que Filipinas no puede enfrentarse a potencias como China con medios convencionales:
“Lo que nos daría una ventaja en una confrontación serían capacidades asimétricas”, declaró.
Esta visión es compartida por expertos como Chester Cabalza, presidente del centro de estudios International Development and Security Cooperation, quien considera que el desarrollo de drones representa una vía realista para que Filipinas compita en el ámbito militar-tecnológico internacional.
“No podemos fabricar misiles ni grandes buques, pero podemos crear drones. Y podríamos incluso exportarlos en el futuro”, aseguró Cabalza.
Capacidades no tripuladas en expansión
Aunque la Armada Filipina aún se encuentra en una fase inicial respecto al uso de vehículos navales no tripulados, ya ha recibido cuatro USV T-12 Mantas de fabricación estadounidense, que se están integrando progresivamente a sus operaciones. Según el contralmirante Roy Vincent Trinidad, estos sistemas llegaron al país poco antes de la visita del entonces secretario de Defensa de EE. UU., Lloyd Austin III, quien anunció una ampliación del apoyo militar a Manila, incluyendo más drones navales dentro de un programa de financiamiento militar por USD 500 millones.
Con la expectativa de que el prototipo a escala real del Palid esté listo en los próximos dos años, Filipinas comienza a sentar las bases de una nueva disuasión costera, basada no en el poderío convencional, sino en el ingenio tecnológico y táctico.
Fuentes: Inquirer.net, The Diplomat