Sismo más potente en años pone bajo escrutinio las bases de submarinos estratégicos rusos en Kamchatka
El poderoso sismo de magnitud 8,8 frente a Kamchatka generó alarma internacional por su cercanía a una de las bases de submarinos estratégicos de Rusia. El estado de los activos navales en la bahía de Avacha sigue siendo motivo de interrogantes.

Petropavlovsk-Kamchatsky, Rusia – La madrugada del 29 de julio, un terremoto de magnitud 8,8 sacudió las profundidades del Pacífico frente a la costa de la península de Kamchatka, generando olas de tsunami y preocupación inmediata por la cercanía del epicentro a una de las zonas navales más sensibles de la Armada rusa.
A solo 120 kilómetros del epicentro, en la bahía de Avacha, se ubican las bases de Petropavlovsk-Kamchatsky y Rybachiy, pilares del poder submarino nuclear ruso en el Pacífico. Entre ellas, resguardan a la flota de submarinos de misiles balísticos clase Borei y Borei-A, componentes fundamentales de la tríada estratégica de Moscú. El episodio sísmico, uno de los más intensos registrados en el mundo en la última década, desató dudas sobre el estado operativo de estos activos clave para la disuasión nuclear rusa.
Submarinos estratégicos bajo la lupa
Rybachiy, en particular, alberga la mayoría de los submarinos estratégicos (SSBN) de la Flota del Pacífico, incluyendo al Borei-A Emperador Alejandro III, la unidad más moderna incorporada. También continúa allí, al menos por registro satelital, el veterano Delta III K-44 Ryazan, aunque su condición operativa es incierta.
Junto a ellos, se encuentran también los submarinos de misiles guiados clase Yasen-M y Oscar II, entre los que destaca el Tver, y se prevé el traslado del K-329 Belgorod, el submarino más largo del mundo, modificado para operar los polémicos torpedos Poseidón con propulsión nuclear. Este entramado de plataformas convierte a la bahía de Avacha en un centro neurálgico del poder naval ruso, lo que vuelve más relevante cualquier amenaza natural o artificial que lo afecte.

El sismo y la incertidumbre operativa
Aunque las autoridades rusas minimizaron el impacto, afirmando que no hubo víctimas fatales ni daños graves, circulan imágenes de puertos y edificios con daños visibles en distintos puntos de Kamchatka. Además, el volcán Klyuchevskaya Sopka, ubicado en la región, entró en erupción tras el sismo, alimentando aún más las preocupaciones.
La ausencia de imágenes satelitales recientes debido a condiciones climáticas adversas impide saber con certeza qué buques se encontraban atracados durante el terremoto. Tampoco hay evidencia pública de que alguno haya resultado dañado, aunque analistas señalan que incluso olas moderadas podrían provocar alisiones, es decir, impactos contra los muelles, especialmente en buques en mantenimiento con compartimientos abiertos.
Según un oficial naval retirado con conexiones en servicio activo, identificado como @Capt_Navy, las bases “no sufrieron daños críticos”, recordando que fueron diseñadas para resistir incluso ataques nucleares. Aun así, la falta de información oficial detallada mantiene cierto velo de incertidumbre sobre el estado de estructuras e infraestructura subacuática.

Concentración estratégica en una zona sísmica
La situación pone nuevamente en evidencia los riesgos geoestratégicos de centralizar activos sensibles en zonas sísmicamente activas. La bahía de Avacha es una trampa natural protegida, pero su cercanía al Anillo de Fuego del Pacífico la expone a riesgos recurrentes de terremotos, tsunamis y actividad volcánica. Las instalaciones incluyen también el astillero naval de Vilyuchinsk, vital para el sostenimiento de la flota submarina en el Pacífico.
En contraste, los principales buques de superficie de la Flota del Pacífico se encuentran en Vladivostok, a más de 2.200 kilómetros al suroeste, lo que dispersa parcialmente los riesgos, pero también subraya la vulnerabilidad de los activos estratégicos concentrados en Kamchatka.
Impacto geopolítico y alerta regional
El sismo también generó alertas de tsunami en todo el Pacífico Norte, incluyendo a Japón, Alaska y Hawái, aunque fueron levantadas pocas horas después. A escala internacional, el hecho no pasó desapercibido: los servicios de inteligencia occidentales han seguido de cerca el evento, atentos a posibles alteraciones en la operatividad de la flota submarina rusa, en un contexto de tensiones militares crecientes en Asia-Pacífico.
Por ahora, no se han reportado maniobras inusuales ni evacuaciones visibles en la bahía, pero los próximos días podrían aportar más claridad sobre el real impacto del terremoto, tanto en términos materiales como en la disposición operativa del brazo submarino de la disuasión nuclear rusa.
Fuentes: BBC, The War Zone, United 24 Media