La Marina de Estados Unidos acelera su carrera por el dominio del campo de batalla moderno con el proyecto SONGBOW. Este sistema láser de 400 kilovatios promete neutralizar amenazas complejas, desde enjambres de drones hasta misiles hipersónicos, a la velocidad de la luz.

WASHINGTON D.C., ESTADOS UNIDOS – En los astilleros y laboratorios donde se moldea la próxima generación del poderío naval, la Marina de Estados Unidos ha iniciado un ambicioso programa destinado a redefinir las reglas del combate en el mar. Bajo el nombre en clave SONGBOW, se está gestando un arma que parece extraída de la ciencia ficción, pero cuyas implicaciones son profundamente reales: un sistema de energía dirigida de 400 kilovatios, diseñado para convertirse en uno de los láseres más potentes jamás desplegados en un buque de guerra.

Con una inversión inicial de 29,9 millones de dólares canalizada a través de la Oficina de Investigación Naval, el objetivo es inequívoco: dotar a la flota de una capacidad defensiva casi instantánea. El láser SONGBOW está concebido para interceptar y aniquilar, a la velocidad de la luz, las amenazas más sofisticadas que pueblan los escenarios bélicos contemporáneos. Esto incluye desde enjambres de drones que intentan saturar las defensas de un buque, hasta los esquivos misiles de crucero y los temibles vehículos de planeo hipersónico, que viajan a velocidades extremas y desafían los sistemas de interceptación tradicionales.

El desarrollo ha sido encomendado a la firma especializada Coherent Aerospace & Defense, que se enfrenta al reto de materializar este salto tecnológico en una fase inicial de 20 meses, con la posibilidad de extender el programa hasta 2027.

El corazón de esta nueva arma reside en una ingeniosa arquitectura de combinación espectral. En lugar de construir un único y gigantesco emisor, SONGBOW integrará múltiples módulos láser de fibra de 50 kilovatios. Estos haces individuales serán fusionados con una precisión nanométrica en un solo torrente de energía devastador, dirigido por un sistema de control de haz de última generación. Esta configuración modular no solo permite alcanzar una potencia sin precedentes, sino que también garantiza la escalabilidad del sistema y la calidad del haz incluso durante enfrentamientos prolongados.

Más allá de su letalidad, el proyecto representa una evolución fundamental en la doctrina naval. Un arma de energía dirigida como SONGBOW ofrece un «cargador casi ilimitado» mientras se disponga de energía a bordo, reduciendo drásticamente la dependencia de la munición convencional, cuyo almacenamiento y logística son costosos y vulnerables. Esto se traduce en una mayor persistencia en combate y tiempos de reacción que se miden en segundos, no en minutos.

Aunque su rol principal es el de un escudo cinético, sus capacidades secundarias son igualmente notables. El láser podrá ser utilizado para tareas de teledetección avanzada o para iluminar objetivos en el campo de batalla para otros sistemas de armas, funcionando como un multiplicador de fuerza silencioso y versátil.

La visión de la Marina va más allá de sus buques. SONGBOW está siendo diseñado con una flexibilidad que permitiría su despliegue en plataformas terrestres, ampliando su paraguas protector a diferentes dominios. Se espera que esta nueva capacidad no actúe en solitario, sino que se integre plenamente dentro de una estrategia de defensa en capas, colaborando estrechamente con sistemas de probada eficacia como el sistema de combate Aegis y los misiles interceptores SM-6. De esta forma, la Marina no solo añade una nueva herramienta a su arsenal, sino que teje una red defensiva más densa, resiliente y rápida para encarar los desafíos del siglo XXI.

Referencias: NextGen Defense