Israel ataca puertos yemeníes y amenaza al líder Houthi
Israel ha intensificado su confrontación con el grupo rebelde Houthi en Yemen, llevando a cabo ataques aéreos directos contra los puertos de Hodeidah y as-Salif en el Mar Rojo el pasado 16 de mayo. Estos ataques, según fuentes israelíes, tenían como objetivo la destrucción de «infraestructura terrorista» utilizada por los hutíes para el trasiego de armas.

Israel ha intensificado su confrontación con el grupo rebelde Houthi en Yemen, llevando a cabo ataques aéreos directos contra los puertos de Hodeidah y as-Salif en el Mar Rojo el pasado 16 de mayo. Estos ataques, según fuentes israelíes, tenían como objetivo la destrucción de «infraestructura terrorista» utilizada por los hutíes para el trasiego de armas.
SANÁ, YEMEN – El Ejército israelí lanzó una serie de ataques aéreos de precisión contra los puertos yemeníes de Hodeidah y as-Salif el pasado 16 de mayo, en lo que calificó como una operación para «neutralizar la infraestructura terrorista» de los hutíes. Según fuentes castrenses, estos enclaves marítimos —claves para el tráfico de armas en el Mar Rojo— eran utilizados por el grupo rebelde respaldado por Irán para abastecerse de misiles y drones.
La ofensiva no fue una acción aislada. Se produjo horas después de que misiles hutíes fueran interceptados sobre territorio israelí, en un claro desafío al frágil alto el fuego acordado días antes entre el movimiento yemení y Estados Unidos. Este pacto, que excluyó expresamente a Israel, buscaba frenar los ataques a navíos comerciales en la región a cambio de la suspensión de operaciones militares estadounidenses. Sin embargo, la tregua no incluyó las hostilidades contra Tel Aviv, lo que ha permitido a Israel responder con contundencia.

El portavoz militar israelí aseguró en un comunicado que los puertos atacados eran «nodos críticos en la cadena de suministro de armamento iraní». Imágenes satelitales y testimonios locales corroboraron los impactos: cuatro explosiones masivas sacudieron Hodeidah, dejando columnas de humo visibles desde kilómetros de distancia. Aunque no se reportaron víctimas, el mensaje era claro: Israel está dispuesto a escalar su campaña más allá de Gaza.
Este no es el primer golpe israelí en Yemen. El 6 de mayo, aviones de combate F-35 bombardearon el aeropuerto de Saná, matando a varios milicianos. Pero la incursión del 16 de mayo marcó un punto de inflexión: fue el primer ataque directo desde la tregua con EE.UU., evidenciando que Jerusalén no se sentirá atado por acuerdos que no firma.
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, elevó la apuesta con un discurso televisado: «Los hutíes son marionetas de Teherán. Si insisten en atacarnos, iremos tras sus cabecillas y los haremos pagar». En un tono que recordó sus advertencias previas contra Hamás y Hezbolá, Netanyahu subrayó: «Abdul-Malik al-Houthi podría seguir el camino de Sinwar o Nasrallah», en referencia a los líderes eliminados por Israel en los últimos meses.
El ministro de Defensa, Israel Katz, fue aún más explícito: «Al-Houthi tiene dos opciones: cesar los ataques o enfrentar su aniquilación». La declaración conjunta de ambos líderes dejó en claro que la inteligencia israelí ya rastrea los movimientos del líder hutí, preparando el terreno para una posible operación quirúrgica.

Los hutíes, que controlan el 60% de Yemen, se han convertido en un actor central del conflicto regional. Desde octubre de 2023, han lanzado más de 50 drones y misiles hacia Israel, muchos interceptados por los sistemas Iron Dome y Arrow. Su retórica es clara: actúan en «solidaridad con Gaza», aunque analistas señalan que buscan consolidarse como poder regional con apoyo iraní.
Según datos de Al Jazeera, 34 proyectiles hutíes han sido disparados desde marzo, coincidiendo con la reanudación de la ofensiva israelí en Gaza, donde el Ministerio de Salud local reporta 3,000 palestinos muertos en siete semanas.
Lo ocurrido en Hodeidah no es un episodio aislado. Israel ha expandido su teatro de operaciones a Yemen, Líbano y Siria, demostrando que su estrategia es desarticular todo el entramado militar iraní en la región. Con Netanyahu prometiendo «ataques más duros» y los hutíes jurando venganza, el Mar Rojo podría convertirse en el próximo escenario de una guerra sin cuartel.
Mientras tanto, la comunidad internacional observa con preocupación. Cada nuevo misil hutí y cada bombardeo israelí acercan al Medio Oriente a un conflicto multifrontal cuyas consecuencias podrían ser impredecibles.
Referencias: Aljazeera, Reuters