Corea del Sur ha presentado una oferta ambiciosa para la licitación de submarinos en Polonia. Esto refleja la expansión deliberada de Seúl hacia nuevas áreas del sector naval, hasta ahora relativamente marginal en su cartera exportadora, históricamente dominada por sistemas terrestres como el obús autopropulsado K9 y el tanque de batalla principal K2.
SEÚL, COREA DEL SUR – La industria de defensa surcoreana, históricamente reconocida por sus avances en sistemas terrestres como el obús autopropulsado K9 Thunder y el tanque K2 Black Panther, está dando un giro estratégico hacia el sector naval. Tras más de una década sin exportar submarinos —su último acuerdo fue con Indonesia en 2011—, Corea del Sur ha fijado su mirada en Polonia y Canadá, mientras explora mercados emergentes en Oriente Medio y Latinoamérica.
Este movimiento refleja una tendencia global: naciones que buscan reforzar sus flotas submarinas ante un escenario geopolítico cada vez más volátil. Para Seúl, la oportunidad es clara: posicionarse como un proveedor alternativo frente a los gigantes tradicionales de Europa y Estados Unidos.

Según fuentes del sector de defensa, Polonia anunciará en las próximas semanas al licitador preferente para su ambicioso programa Orca, que incluye la adquisición de tres submarinos de 3.000 toneladas, junto con servicios de mantenimiento, reparación y revisión (MRO). El contrato, valorado en 8 billones de wones (aproximadamente 6.000 millones de dólares), ha atraído a dos gigantes navales surcoreanos: Hanwha Ocean y HD Hyundai Heavy Industries, que presentaron propuestas conjuntas.
- Hanwha Ocean ha ofrecido un diseño basado en el submarino clase Dosan Ahn Chang-ho (KSS-III), operativo en la Armada surcoreana. Este modelo, con 3.700 toneladas de desplazamiento, incorpora propulsión independiente del aire (AIP) mediante pilas de combustible, permitiendo hasta 20 días sumergido. Además, cuenta con lanzadores verticales para misiles de crucero, sonares avanzados y sistemas de gestión de combate de última generación.
- HD Hyundai, por su parte, propuso una variante más ligera (2.300 toneladas), adaptada a requisitos operativos específicos.
Ambas empresas han incluido en sus ofertas planes de inversión local, incluyendo la construcción de instalaciones de MRO en Polonia, una estrategia clave para ganar preferencia frente a competidores europeos como Alemania (TKMS) o Francia (Naval Group).
El otro gran frente de expansión es Canadá, donde Corea del Sur ha presentado una oferta multimillonaria (entre 20.000 y 24.000 millones de dólares) para suministrar hasta 12 submarinos KSS-III bajo el Proyecto Canadiense de Submarinos de Patrulla (CPSP). La iniciativa busca reemplazar la obsoleta flota de submarinos clase Victoria, incapaces de operar eficazmente en el Ártico, una región prioritaria para Ottawa.
La propuesta surcoreana destaca por:
- Entregas aceleradas: Cuatro submarinos operativos para 2035, antes del plazo previsto.
- Transferencia tecnológica y coproducción, alineada con la política canadiense de Beneficios Industriales y Tecnológicos (BIT).
- Capacidad polar: El KSS-III está diseñado para operar bajo hielo, un requisito crítico para las patrullas árticas.

El contexto político juega a favor de Seúl. Las tensiones entre Canadá y Estados Unidos, especialmente tras la reconsideración de Ottawa sobre la compra de cazas F-35, han abierto la puerta a alternativas estratégicas. Corea del Sur no solo vende equipos; ofrece una asociación a largo plazo, reforzando prioridades compartidas como la seguridad ártica y la estabilidad en el Indopacífico.
El éxito de Corea del Sur en este mercado no se limita a sus avances técnicos. Hanwha Ocean y HD Hyundai —respaldadas por la Administración de Adquisiciones de Defensa (DAPA)— han construido una oferta integral que combina:
- Precios competitivos frente a los elevados costes de los modelos europeos.
- Plazos de entrega rápidos, una ventaja clave en un sector donde los retrasos son habituales.
- Diplomacia de defensa, vinculando ventas militares con alianzas estratégicas.
Este enfoque ya ha dado frutos en otros mercados. El K9 Thunder domina las exportaciones de artillería, el FA-50 se consolida como caza ligero de referencia, y ahora, el KSS-III aspira a replicar ese éxito en el ámbito submarino.
Corea del Sur ya no es un «recién llegado» en defensa. Con una base industrial consolidada, una estrategia agresiva de exportación y el respaldo estatal, Seúl busca desafiar el monopolio occidental en un sector tradicionalmente dominado por potencias establecidas.
Si logra cerrar contratos en Polonia y Canadá, no solo ganará cuota de mercado; redefinirá el equilibrio de poder en la industria naval militar, demostrando que Asia tiene mucho que ofrecer en la era de la competencia estratégica global.
Referencias: Hanwha Ocean, Canadian Broadcasting Corporation