En un antes y un después en el ámbito de la defensa y la guerra naval, un dron marítimo ucraniano ha logrado una hazaña histórica: derribar un avión de combate ruso, un acontecimiento que pone de manifiesto la transformación tecnológica y estratégica que está viviendo el enfrentamiento en el Mar Negro.
KIEV, UCRANIA – El 2 de mayo, en las aguas cercanas a la base naval rusa de Novorossiysk, un USV Magura V7, operado por el Grupo 13 de Inteligencia Militar (HUR) de Ucrania, derribó con éxito un caza ruso Su-30 Flanker, seguido de un segundo derribo en los días posteriores. Este acontecimiento, confirmado por fuentes militares ucranianas, representa la primera vez en la historia que un buque no tripulado neutraliza aviones de combate enemigos, redefiniendo las estrategias de defensa marítima.

El enfrentamiento ocurrió cuando los Flanker rusos, presumiblemente Su-30 biplaza, fueron enviados para interceptar una flotilla de USV ucranianos que operaban cerca de Novorossiysk y el estrecho de Kerch. Según análisis preliminares, los aviones volaban a baja altitud para atacar los drones con cañones o cohetes no guiados, una táctica que resultó fatal ante la capacidad de respuesta de los sistemas ucranianos.
Contrario a las primeras especulaciones que apuntaban al uso de misiles AA-11 Archer (R-73), Naval News ha confirmado que el Magura V7 estaba equipado con misiles Sidewinder estadounidenses, adaptados para su lanzamiento desde plataformas marítimas. Estos misiles, guiados por infrarrojos, tienen un alcance operativo de aproximadamente 10 km, aunque el enfrentamiento real pudo haber ocurrido a distancias más cortas.


El Magura V7 es una versión mejorada y más grande del Magura V5, el modelo base utilizado en ataques con cargas explosivas contra buques rusos. Con 8 metros de eslora (frente a los 5,5 m del V5), este USV presenta un diseño más refinado, con una proa rediseñada para mejorar la navegación en condiciones adversas y múltiples antenas de comunicación avanzada.
A diferencia del prototipo Sea Dragon, que empleaba misiles Archer montados en rieles fijos, el V7 integra los Sidewinder en un sistema de lanzamiento elevable, lo que sugiere una mayor versatilidad en el campo de batalla. Aunque aún no se ha confirmado si puede portar otros tipos de armamento, su eficacia contra blancos aéreos ya ha sido demostrada.
Este éxito ucraniano pone en evidencia las vulnerabilidades rusas en el Mar Negro. Hasta ahora, Moscú había utilizado sus Flanker y helicópteros Mi-8 Hip para neutralizar USV, pero ahora incluso los aviones de combate más rápidos están en riesgo.

Las implicaciones son claras:
- Rusia deberá replantear sus tácticas, optando por armas de mayor alcance y costo, como misiles antibuque, lo que incrementa sus gastos operativos.
- Los USV ucranianos, al ser pequeños y ágiles, son blancos difíciles para sistemas tradicionales, forzando a la Marina rusa a invertir en contramedidas más sofisticadas.
- Otras armadas observan con atención, ya que este caso sienta un precedente para el uso de drones marítimos como disuasores aéreos.
El teniente general Kyrylo Budanov, jefe de la Dirección de Inteligencia de Defensa (HUR) de Ucrania, y el presidente Volodymyr Zelenskyy han elogiado la operación, destacando su impacto en la moral de las tropas y la innovación militar ucraniana.
Expertos coinciden en que este no será el último derribo. Con Ucrania perfeccionando sus sistemas no tripulados y Rusia obligada a adaptarse, el Mar Negro se consolida como un laboratorio de guerra naval del siglo XXI.
La era de los drones marítimos como cazadores de aviones ha comenzado, y las marinas de guerra del mundo están tomando nota.
Referencias: Naval News, Ukrinform, Ministerio de Defensa de Ucrania