Las aguas internacionales, y en particular el Estrecho de Singapur, enfrentan una creciente amenaza por parte de la piratería y el robo a mano armada. Un reciente informe de la Oficina Marítima Internacional (IMB) revela un inquietante aumento de estos actos delictivos durante el primer trimestre de 2025, encendiendo las alarmas sobre la seguridad de las tripulaciones y la vulnerabilidad de las rutas marítimas clave.
SINGAPUR – El panorama global de la seguridad marítima se ha ensombrecido notablemente en los primeros meses de 2025. Según el informe trimestral de la IMB, se contabilizaron 45 incidentes de piratería y robo a mano armada a nivel mundial entre enero y marzo. Esta cifra representa un preocupante incremento de casi el 35% en comparación con el mismo periodo del año anterior, marcando una tendencia al alza que exige atención inmediata.
La violencia inherente a estos asaltos queda patente en las estadísticas: 37 embarcaciones fueron abordadas directamente por los perpetradores, cuatro llegaron a ser secuestradas en operaciones más complejas y se registraron cuatro intentos fallidos que, si bien no se consumaron, evidencian la intención delictiva. La integridad física y psicológica de los marinos sigue siendo una preocupación primordial. En este breve lapso, 37 tripulantes fueron tomados como rehenes, 13 fueron directamente secuestrados (presumiblemente para exigir rescate), dos sufrieron amenazas explícitas y una persona resultó herida durante los abordajes.

El dato más alarmante del informe es la explosión de actividad delictiva en el Estrecho de Singapur. Esta vital arteria comercial, crucial para el flujo del comercio mundial, registró 27 incidentes, una cifra que cuadruplica los siete casos reportados en el primer trimestre de 2024. Este drástico aumento convierte a esta zona en la región más afectada del planeta durante este periodo.
La audacia y efectividad de los atacantes en esta área es notable: lograron abordar con éxito el 92% de los buques atacados. Es significativo que entre los objetivos se encontraran nueve buques de gran tamaño (graneleros y petroleros), cada uno superando las 100.000 toneladas de peso muerto, lo que demuestra la capacidad de los asaltantes para superar las medidas de seguridad de embarcaciones considerables. Dentro del estrecho, la violencia también escaló: diez tripulantes fueron tomados como rehenes en seis incidentes distintos, dos sufrieron amenazas directas y uno resultó herido, subrayando la gravedad específica de la situación en estas aguas.
El director de la IMB ha calificado este aumento como «sumamente grave», instando a «esfuerzos urgentes» para garantizar la seguridad en estas «aguas críticas». La protección de las tripulaciones y la salvaguarda de las principales rutas marítimas son esenciales para la estabilidad del transporte marítimo global. En total, el Sudeste Asiático concentró 31 de los 45 incidentes globales, consolidándose como el principal foco de riesgo.

En contraste con la escalada en Asia, el Golfo de Guinea, tradicionalmente un punto caliente de piratería y secuestros, mostró una disminución notable en la actividad general. Con solo seis incidentes reportados, se registró la cifra más baja en casi 20 años para un primer trimestre. Sin embargo, la IMB advierte que no hay lugar para la complacencia. Esta región sigue siendo la más peligrosa del mundo para los secuestros de tripulantes. De hecho, los 13 marinos secuestrados a nivel mundial durante el trimestre fueron capturados precisamente en esta zona, en tan solo dos ataques distintos: uno contra un petrolero de betún y otro contra un barco pesquero.
Paralelamente, el informe documenta una preocupante renovación de la actividad pirata frente a las costas de Somalia. Entre febrero y marzo de 2025, tres buques (dos pesqueros y un dhow) fueron secuestrados, resultando en la toma de 26 tripulantes como rehenes. Afortunadamente, informes posteriores confirmaron la liberación de todos los rehenes y las embarcaciones. No obstante, este resurgimiento subraya la persistente amenaza en una región que había visto disminuir significativamente los ataques en años anteriores gracias a los esfuerzos navales internacionales.
Ante este complejo y cambiante panorama de amenazas marítimas, la IMB lanza un llamado urgente a la vigilancia y la proactividad. Se insta a las compañías navieras, a las autoridades regionales y a las armadas internacionales a permanecer alerta y reforzar la cooperación. La presencia naval continua y una robusta colaboración internacional se consideran absolutamente esenciales para disuadir la actividad delictiva y garantizar la seguridad a largo plazo en las vitales rutas marítimas mundiales. La protección de los marinos y la fluidez del comercio global dependen de ello.
Referencias: IMB, Xinhua, OMI