Las imágenes satelitales y terrestres recientemente compartidas en redes sociales han revelado un sistema de barcazas puente anfibias chinas que ha generado un intenso debate sobre su posible uso en una contingencia militar relacionada con Taiwán.
Pekín, China – En un esfuerzo que combina ingeniería avanzada con estrategia militar, China ha desarrollado un sistema anfibio de puentes flotantes que podría tener implicaciones significativas para sus proyecciones militares en el Indo-Pacífico. Imágenes satelitales recientes y publicaciones en redes sociales han aportado nueva luz sobre una serie de barcazas autoelevables, diseñadas para facilitar operaciones de desembarco de grandes proporciones en situaciones de contingencia, siendo Taiwán el escenario más probable en los análisis militares. Este avance subraya la intención de modernización logística de la Armada China (PLAN, por sus siglas en inglés), mientras refuerza las crecientes especulaciones internacionales sobre los preparativos del Ejército Popular de Liberación (EPL) para una posible invasión anfibia.
En marzo de 2023, un conjunto de imágenes obtenidas a través de satélites Sentinel mostró la presencia de tres barcazas autoelevables en la isla Nansan, ubicada al sureste de Zhanjiang, en la región del sur chino. Estas plataformas estuvieron desplegadas entre el 27 de febrero y el 22 de marzo, tras lo cual se trasladaron a la isla Donghai, a unos 10 millas náuticas al sur. Aunque aún no está claro si las barcazas se movieron por sus propios medios autopropulsados o si fueron trasladadas por remolcadores, lo cierto es que estas observaciones confirmaron que estas estructuras móviles son capaces de operar en un rango considerable de distancias, lo que sugiere una capacidad operativa sin precedentes para proyecciones anfibias masivas.
La empresa constructora responsable de estas plataformas es CSSC Offshore & Marine Engineering Company (COMEC), anteriormente conocida como Guangzhou Shipyard International (GSI). El astillero, con una sólida trayectoria en la producción de buques militares, ha diversificado en los últimos años sus capacidades para desarrollar innovaciones navales tecnológicas, incluida la construcción de plataformas destinadas a drones y helicópteros.

Tres diseños para afrontar múltiples objetivos
El desarrollo chino comprende al menos tres variantes de barcazas autoelevables, que destacan tanto por su diseño modular como por sus capacidades exclusivas para diferentes etapas de una operación logística anfibia. Cada diseño tiene propósitos específicos en lo que parece ser un sistema interconectado para manejar distintos terrenos y condiciones marítimas.
1. Tipo 2 (‘Shuiqiao 110’)
Con un diseño compacto, este modelo mide 110 metros de largo y 38 metros de ancho, y está equipado con cuatro patas autoelevables destinadas a estabilizar la estructura en aguas someras o en la costa. También cuenta con una rampa extensible de 140 metros, lo que permite conectar directamente las embarcaciones de transporte con la línea de la playa. Sin embargo, carece de plataformas para el atraque de buques y tiene propulsión limitada, hecho que lo sitúa como un componente inicial del sistema, diseñado para actuar como cabeza de puente en desembarcos complejos.
2. Tipo 1 (‘Shuiqiao 135’)
De mayor tamaño (135 metros de largo y 35 metros de ancho), esta barcaza amplía las capacidades del modelo anterior al incluir dos plataformas extensibles a cada lado, lo que permite el atraque de transbordadores civiles Ro/Ro para la descarga de material militar por ambos flancos. Con seis patas más largas y robustas, está diseñado para operar en aguas intermedias entre la costa y el mar abierto. Además, está equipado con hélices y timones, lo que le otorga una mayor autonomía de movilidad en comparación con el Tipo 2.
3. Tipo 3 (‘Shuiqiao 185’)
La mayor de las variantes, con 185 metros de largo, incorpora ocho patas autoelevadoras, así como una plataforma extensible adicional en su parte posterior. Esta última característica la posiciona como el punto terminal hacia el mar del sistema modular de puentes anfibios. Diseñado para manejar el atraque de buques de mayor tonelaje, el Tipo 3 representa la cúspide logística del sistema, permitiendo desembarcos más alejados de la costa y en entornos más dinámicos desde el punto de vista operativo.

Algunos analistas han comparado estos avances con los sistemas portuarios Mulberry utilizados por los Aliados en la Segunda Guerra Mundial durante el Desembarco de Normandía. Sin embargo, las barcazas chinas van más allá en términos de movilidad, adaptabilidad y uso en entornos marítimos adversos. Mientras los puertos improvisados de Normandía requerían una gran cantidad de estructura fija, los diseños de CSSC apuestan por elementos modulares altamente móviles, que podrían desplegarse para construir un puerto temporal en cuestión de horas, con un grado de resiliencia ante condiciones climáticas adversas todavía bajo evaluación.
Las capacidades derivadas de estas barcazas no solo son un testimonio de los avances tecnológicos y logísticos chinos, sino que también generan interrogantes sobre sus posibles propósitos estratégicos. Expertos coinciden en que el posible uso de estos sistemas va más allá de lo meramente humanitario o en respuesta a desastres naturales, argumentos que Beijing podría esgrimir para justificar el desarrollo de esta tecnología. En las condiciones únicas de una posible invasión militar a Taiwán, estos puentes anfibios podrían funcionar como un punto de conexión estratégico, ideal para desembarcos rápidos de vehículos blindados, artillería pesado y suministros en el marco de una segunda oleada, asegurando la continuidad logística de operaciones iniciales más especializadas realizadas por LHD y LPD.

Esta proyección logística sería fundamental en un eventual asalto anfibio, ya que Taiwán no solo está dotado de sistemas de defensa avanzados, sino que además cuenta con terrenos montañosos y costas refortalecidas que harían extremadamente difícil el suministro constante de material en los primeros días de un conflicto. Las barcazas permitirían al EPL materializar los principios de guerra «rapidez y cantidad», esenciales en una operación de esta magnitud.
La construcción, despliegue y pruebas recientes de estos sistemas subrayan el constante enfoque de China en la mejora de sus capacidades anfibias y en la superación de los retos logísticos asociados a una operación militar de gran escala. Aunque el EPL ha argumentado en el pasado que su doctrina militar tiene un enfoque puramente defensivo, los avances tecnológicos demuestran lo contrario, moviéndose progresivamente hacia una postura táctica más ofensiva y adaptada a conflictos de alta complejidad, como el caso de Taiwán.
Sin duda, la comunidad internacional, y especialmente los actores en el Indo-Pacífico, seguirán observando de cerca los desarrollos en este ámbito. La proliferación de estas tecnologías pone en evidencia que cualquier escalada en el cruce del estrecho de Taiwán tendrá un componente logístico robusto detrás, capaz de redefinir las estrategias militares en la región. La cuestión no es si China se está preparando para una crisis en Taiwán, sino hasta qué punto está dispuesta a ejecutar esta preparación.
Referencias: Naval News, Sinodefenceforum, Shugart (X)