China ha consolidado su posición en el estratégico corredor caucásico con la adjudicación del desarrollo del primer puerto de aguas profundas de Georgia en el Mar Negro. Este avance, que forma parte de la ambiciosa iniciativa «La Franja y la Ruta», en una región históricamente disputada entre Occidente y Rusia


Tiflis, GeorgiaChina ha dado un paso decisivo para expandir su presencia en la región con la construcción de un puerto de aguas profundas en el Mar Negro, ubicado en Georgia. Este proyecto, que forma parte de la ambiciosa iniciativa «La Franja y la Ruta», no solo refuerza la influencia de Pekín en el área, sino que también marca un distanciamiento de Georgia respecto a sus socios occidentales, en un contexto donde la competencia geopolítica entre ChinaRusia y Estados Unidos se intensifica.

El puerto, aún sin nombre oficial, será desarrollado por la China Communications Construction Company (CCCC), una de las mayores empresas de infraestructura del mundo. Su ubicación en el Mar Negro lo convierte en un nodo clave para el comercio internacional, conectando Asia y Europa a través del llamado «corredor intermedio». Este corredor permitirá a China transportar mercancías desde su territorio, a través de ferrocarriles en Asia Central y el Mar Caspio, hasta Europa, evitando las rutas que atraviesan Rusia, país sometido a sanciones occidentales debido a su intervención en Ucrania.

«Georgia es un enlace clave para el corredor intermedio, y el puerto de Anaklia podría ser el último clavo», afirmó Zhou Qian, embajador de China en Georgia, en una entrevista reciente. «La ubicación de Georgia es fundamental para la conectividad entre Europa y Asia», agregó.

La decisión del gobierno georgiano de otorgar el proyecto a la empresa china ha generado un intenso debate tanto a nivel local como internacional. Originalmente, el puerto formaba parte de un consorcio conformado por empresas georgianas, europeas y estadounidenses, conocido como el Consorcio de Desarrollo de Anaklia. Sin embargo, en mayo de este año, el contrato fue retirado de este grupo y adjudicado a la CCCC.

Esta decisión ha sido criticada por figuras prominentes de la oposición georgiana y por representantes de Estados UnidosSalomé Zourabichvili, expresidenta de Georgia y líder de la oposición prooccidental, calificó la medida como «un golpe a nuestras relaciones con nuestros socios estadounidenses y europeos». En julio, un funcionario del Departamento de Estado de EE. UU. declaró que la adjudicación del puerto a la compañía china era «incompatible» con las aspiraciones de Georgia de integrarse en organizaciones internacionales lideradas por Washington y la Unión Europea.

El congresista estadounidense Joe Wilson, republicano por Carolina del Sur, también expresó su preocupación, argumentando que la decisión beneficia a China en detrimento de empresas estadounidenses. No obstante, el gobierno georgiano ha defendido su elección, asegurando que la participación de la firma china garantizará la ejecución del proyecto «al más alto nivel».

El puerto no solo transformará el comercio en el Cáucaso, sino que también consolidará a Georgia como un centro logístico regional. Para China, el proyecto representa una vía de acceso estratégica al Mar Negro, lo que le permitirá fortalecer su presencia en una región históricamente dominada por Rusia. Aunque Rusia sigue siendo el principal socio comercial de Georgia, el nuevo puerto podría beneficiar indirectamente a Moscú al facilitar el flujo de mercancías hacia y desde su territorio, especialmente en un contexto donde su principal puerto en el Mar Negro, Novorossiysk, ha sido afectado por las sanciones occidentales.

Según los términos del acuerdo, la empresa china será propietaria del 49 % del puerto, mientras que Georgia mantendrá el porcentaje mayoritario restante. Se estima que la CCCC invertirá 600 millones de dólares en la primera fase del proyecto, lo que subraya la importancia estratégica que Pekín otorga a esta iniciativa.

La construcción del puerto ilustra cómo la competencia entre China y Estados Unidos se intensifica en regiones clave como el Cáucaso, involucrando a países más pequeños como Georgia. «Por un lado, estará China, que estará alineada con Rusia; por otro, Occidente», señaló Ram Ben Tzion, director ejecutivo de Publican, una firma dedicada al análisis de la evasión de restricciones comerciales. «Este puerto se encuentra en la encrucijada de estos dos mundos».

En un contexto donde la guerra en Ucrania ha reconfigurado las alianzas y las rutas comerciales, el puerto de Anaklia se perfila como un símbolo de la creciente influencia de China en el Cáucaso y de su capacidad para desafiar tanto a Rusia como a Occidente en una región de importancia estratégica global. Para Georgia, el proyecto representa una oportunidad para fortalecer su economía, pero también un desafío diplomático al tener que equilibrar sus relaciones con potencias rivales.

Mientras las excavadoras avanzan y los túneles se extienden bajo las montañas del Cáucaso, el mundo observa cómo este pequeño país se convierte en un escenario clave en la nueva geopolítica del siglo XXI.

Referencias: Euronews, Xinhua