La RAN despliegue de un grupo de tarea naval de élite compuesto por tres fragatas de clase Anzac: HMAS Sturat, HMAS Warramunga y HMAS Toowoomba. Estas unidades se encuentran actualmente monitoreando un grupo naval chino en aguas cercanas al territorio nacional.
Canberra, Australia – En un movimiento que refleja la creciente tensión en la región del Indo-Pacífico, la Marina Real Australiana (RAN) ha desplegado tres fragatas y un avión de vigilancia para monitorear la actividad de un grupo de buques de guerra chinos que operan a unos 500 kilómetros al noroeste de Perth. Este despliegue, descrito como una medida de precaución y vigilancia, se produce en un contexto marcado por el aumento de la presencia militar china en aguas internacionales cercanas a Australia.
El viceprimer ministro australiano, Richard Marles, confirmó que las fragatas de clase Anzac, identificadas como el HMAS Stuart, el HMAS Warramunga y el HMAS Toowoomba, están siguiendo de cerca los movimientos de los buques chinos, que incluyen la fragata clase Jiangkai Hengyang, el crucero clase Renhai Zuni y el buque de reabastecimiento clase Fuchi Weishanhu. Marles subrayó que Australia está comprometida con la seguridad marítima y el respeto al derecho internacional, al tiempo que garantiza la protección de sus intereses nacionales.
Este incidente se produce semanas después de que China realizara un ejercicio de fuego real en el mar de Tasmania, entre Australia y Nueva Zelanda, el 21 de febrero de 2025. Dicho ejercicio provocó el desvío de numerosos vuelos comerciales para evitar posibles riesgos, lo que generó preocupación en Canberra. En respuesta a las críticas, las autoridades chinas afirmaron que sus operaciones se llevan a cabo de manera segura y conforme a las leyes internacionales, aunque analistas sugieren que estas acciones tienen un trasfondo estratégico más amplio.

Malcolm Davis, analista senior del Instituto Australiano de Política Estratégica, señaló que el despliegue de buques de guerra chinos en aguas cercanas a Australia es una clara señal de que Pekín busca proyectar su poder militar más allá de sus costas. «China está enviando un mensaje estratégico a Australia y a la región de que puede extender su influencia en áreas marítimas que tradicionalmente no han sido su zona de operación», afirmó Davis. Además, destacó que estas acciones buscan afirmar el dominio chino en el Indo-Pacífico, una región que ha cobrado importancia geopolítica en los últimos años.
Por su parte, Anne-Marie Brady, profesora de ciencias políticas en la Universidad de Canterbury en Nueva Zelanda, advirtió que las maniobras chinas también tienen como objetivo amenazar los vínculos marítimos y aéreos de Australia y Nueva Zelanda. «China está demostrando que tiene la capacidad de interrumpir las rutas comerciales y de comunicación en cualquier momento, lo que representa un desafío directo a la seguridad regional», explicó Brady.
Davis añadió que la presencia de buques chinos en la zona podría ser una táctica para disuadir a Australia de desplegar sus propias fuerzas en áreas cercanas a China, particularmente en el Mar de China Meridional, donde las tensiones territoriales y marítimas han sido recurrentes. «China está intentando establecer un equilibrio de poder en el que sus acciones no sean contestadas, mientras limita la capacidad de respuesta de otros países», sostuvo.

En respuesta a esta situación, Australia y Nueva Zelanda están fortaleciendo sus alianzas estratégicas con naciones de ideas afines, como Estados Unidos, Japón y miembros de la OTAN, en un esfuerzo por contrarrestar la creciente influencia china en la región. Además, ambos países han anunciado planes para aumentar su gasto en defensa, con el objetivo de modernizar sus capacidades militares y garantizar una respuesta efectiva ante posibles amenazas.
Este episodio subraya la complejidad de las relaciones en el Indo-Pacífico, una región que se ha convertido en un escenario clave para la competencia entre potencias globales. Mientras China busca consolidar su posición como potencia dominante, Australia y sus aliados trabajan para mantener un equilibrio que garantice la estabilidad y seguridad en la zona. La presencia de buques de guerra chinos en aguas cercanas a Australia no solo es un desafío militar, sino también un recordatorio de que la geopolítica del siglo XXI se está definiendo en los océanos.
En este contexto, el diálogo diplomático y la cooperación internacional se presentan como herramientas esenciales para evitar escaladas que puedan poner en riesgo la paz regional. Sin embargo, la reciente movilización de fuerzas por parte de Australia y China deja en claro que la competencia estratégica en el Indo-Pacífico está lejos de terminar, y que sus implicaciones podrían tener repercusiones globales.
Referencias: Armada Real de Australia, Benar News