Taiwán está considerando reactivar el programa de adquisición del helicóptero antisubmarino MH-60R, y manifesta públicamente su intención de incrementar el presupuesto de defensa hasta alcanzar el 3% del Producto Interno Bruto (PIB), una decisión que marca un punto de inflexión en la política de seguridad de la isla.
Taipéi, Taiwán – En un momento de crecientes tensiones geopolíticas y desafíos de seguridad en la región del Indo-Pacífico, Taiwán ha decidido reactivar su programa de adquisición de helicópteros antisubmarinos (ASW) MH-60R, al mismo tiempo que el presidente Lai Ching-te reafirma su compromiso de incrementar de manera significativa el presupuesto destinado al sector defensa. Este movimiento subraya la determinación de la isla por modernizar sus capacidades militares frente a una potencial amenaza de China continental y por fortalecer su relación estratégica con Estados Unidos.
De acuerdo con fuentes del Ministerio de Defensa de Taiwán, la decisión de revivir las negociaciones para la compra del MH-60R es parte de una reestructuración de las prioridades estratégicas en su presupuesto para el año fiscal 2026. Este anuncio coincide con las crecientes presiones del gobierno de Estados Unidos, liderado por el presidente Donald Trump, quien ha instado de forma reiterada a la administración taiwanesa a elevar su inversión en defensa, llegando incluso a amenazar con imponer aranceles a los semiconductores taiwaneses si no se cumple con dicha exigencia.
Un renovado compromiso con la seguridad nacional
El presidente Lai Ching-te ha sido categórico en su postura de aumentar el gasto en defensa, prometiendo destinar al menos un 3 % del Producto Interno Bruto (PIB) en este rubro. Esta cifra marca un importante incremento respecto a años anteriores, reflejando el creciente reconocimiento de la necesidad de fortalecer la preparación militar de la isla frente a las presiones que ejerce China, que considera a Taiwán como una provincia renegada y no descarta el uso de la fuerza para lograr su reunificación.
En esta línea, Lai también ha enfatizado la importancia de ampliar las adquisiciones de equipo militar avanzado procedente de Estados Unidos. Entre las plataformas de interés para Taiwán se encuentran los cazas polivalentes F-35, destructores Aegis y una cantidad significativa de helicópteros MH-60R, conocidos por su eficacia en operaciones antisubmarinas. Para los analistas de defensa, estos esfuerzos no solo tienen por objetivo fortalecer la capacidad disuasoria de Taiwán, sino también consolidar los lazos estratégicos con su principal aliado, Estados Unidos.

La propuesta MH-60R: crucial para la defensa asimétrica taiwanesa
El resurgimiento del programa de adquisición del MH-60R refleja un viraje estratégico en la política de defensa de Taiwán. Inicialmente pospuesta durante la administración de Biden por cuestiones de costo y priorización de una defensa asimétrica basada en sistemas de menor escala —como los misiles Harpoon terrestres—, la compra de helicópteros comienza a verse nuevamente bajo una luz favorable. Según reportes de la prensa taiwanesa, la Armada de la República de China ha reafirmado la necesidad de fortalecer su capacidad de lucha antisubmarina, presentando este programa como una prioridad en las discusiones presupuestarias del Ministerio de Defensa.
El MH-60R, conocido como una de las plataformas más avanzadas para operaciones ASW, sería un complemento estratégico ideal frente a la creciente presencia naval china en aguas cercanas a Taiwán. Además de su capacidad para detectar, rastrear y neutralizar amenazas submarinas, su versatilidad lo convierte en una herramienta clave para operaciones de vigilancia, rescate y apoyo táctico, elementos esenciales en el contexto estratégico marítimo de la región.
El desafío presupuestario y político
Pese al renovado énfasis en la modernización militar, la implementación de este plan enfrenta obstáculos significativos en el ámbito interno de Taiwán. Los partidos de oposición, que tradicionalmente han mostrado escepticismo frente al gasto militar, han bloqueado repetidamente iniciativas presupuestarias impulsadas por la administración actual. Este ambiente político hostil amenaza con retrasar o incluso paralizar algunos de los programas más ambiciosos, incluidos aquellos relacionados con adquisiciones de gran escala como el MH-60R o los cazas F-35.
La reticencia de ciertos sectores políticos responde también a un cálculo más amplio sobre las delicadas relaciones con China. Algunos legisladores argumentan que un incremento sustancial en el gasto militar podría exacerbar aún más las tensiones con Pekín y derivar en represalias económicas o diplomáticas contra Taiwán, un punto que no puede ser ignorado dada la vulnerabilidad comercial de la isla.

Un legado aéreo en busca de renovación
Actualmente, la Armada de Taiwán opera dos modelos principales de helicópteros ASW: el S-70C(M) y el 500MD/ASW. Ambos han servido durante décadas, pero enfrentan un claro desgaste que limita sus capacidades operativas en el contexto geopolítico actual. El primer modelo, una variante basada en el SH-60 pero modificada específicamente para Taiwán, fue adquirido en dos lotes durante la década de 1990. Aunque tecnológicamente avanzado para su época, el envejecimiento de estas aeronaves y las dificultades de mantenimiento han evidenciado la urgencia de una renovación.
Por otro lado, el 500MD/ASW, adquirido en los años setenta, se encuentra también en la fase final de su vida útil. Aunque todavía se reportan algunas unidades operativas, estas ya no son capaces de enfrentar los desafíos avanzados impuestos por el creciente poderío naval de China. La introducción del MH-60R, altamente moderno y diseñado para operar en complejos escenarios marítimos, ofrecería a Taiwán una herramienta crucial para contrarrestar las amenazas crecientes en su espacio marítimo y aéreo.
Un futuro incierto, pero necesario
En este contexto, la reactivación del programa MH-60R aparece como un paso lógico dentro de los esfuerzos de Taiwán por mantener un equilibrio estratégico en el Indo-Pacífico. Si bien desafíos económicos, políticos e internacionales podrían complicar su implementación, la imperativa necesidad de modernización militar y el respaldo político del presidente Lai parecen inclinar la balanza hacia su realización.
Lo que está en juego no es solo la seguridad de la isla frente a una posible invasión, sino también su posición como actor clave en el equilibrio estratégico de la región. Para Taiwán, el fortalecimiento de sus capacidades militares no es solo una respuesta defensiva, sino un mensaje inequívoco de su determinación por proteger su soberanía y mantener la estabilidad en una de las regiones más tensas del mundo.
Referencias: Ministerio de Defensa de Taiwán, BBC