La Armada francesa ha desplegado su portaaviones nuclear Charles de Gaulle en una misión histórica «CLEMENCEAU 25» que redefine su presencia estratégica en la región Indo-Pacífica, marcando un punto de inflexión en la diplomacia naval internacional.
Manila, Filipinas – En un movimiento estratégico que subraya el compromiso de Francia con la defensa del derecho internacional y la estabilidad regional en el Indo-Pacífico, el portaaviones nuclear francés Charles de Gaulle ancló por primera vez en un puerto filipino. Este hito, que marca una nueva etapa en la relación entre París y Manila, llega en un momento de tensiones crecientes en el Mar de China Meridional, donde las acciones de China han generado preocupación entre las naciones ribereñas y la comunidad internacional.
La visita del Charles de Gaulle a las costas filipinas es el punto álgido de la Misión Clémenceau 25, una operación que ha llevado al grupo de ataque del portaaviones a recorrer más de 12,000 kilómetros desde su base en Toulon hacia el corazón del Indo-Pacífico. La flota, compuesta por el propio portaaviones, dos fragatas de múltiples misiones, un destructor de defensa aérea y el buque de reabastecimiento Jacques Chevallier, representa no solo la capacidad naval avanzada de Francia, sino también su interés estratégico en la región. La fuerza aérea embarcada incluye 24 cazas Rafale Marine, helicópteros de última generación y aviones de alerta temprana Hawkeye.
Compromiso con el derecho internacional y la libertad de navegación
Durante la estancia en Subic Bay, la embajadora de Francia en Filipinas, Marie Fontanel, destacó el apoyo inequívoco de su país a la libertad de navegación y su rechazo a cualquier acción que amenace la estabilidad y seguridad de las aguas internacionales. En declaraciones a los medios de comunicación, la diplomática subrayó que Francia seguirá defendiendo el orden internacional basado en reglas, en consonancia con la postura de la Unión Europea sobre los recientes incidentes en el Mar de China Meridional, incluyendo las provocaciones aéreas chinas contra un avión filipino en las cercanías del Scarborough Shoal.
«Estamos aquí para fomentar la estabilidad, la confianza y la cooperación en la región. Es crucial que los mares y rutas aéreas del Indo-Pacífico permanezcan abiertos y accesibles para todos, de acuerdo con el derecho internacional», afirmó Fontanel. Asimismo, enfatizó que la presencia del Charles de Gaulle y los ejercicios conjuntos con las Fuerzas Armadas de Filipinas forman parte de un esfuerzo más amplio por construir alianzas confiables y efectivas.
Ejercicios conjuntos y fortalecimiento de vínculos
El contralmirante Jacques Mallard, comandante del grupo de ataque del portaaviones francés, resaltó que las actividades militares realizadas durante esta visita no están dirigidas contra ningún país en particular. «Nuestro propósito aquí es claro: promover una región libre, abierta y pacífica a través de la cooperación y la práctica conjunta con nuestros socios regionales. La interoperabilidad y el entendimiento mutuo son claves para garantizar la estabilidad en tiempos de incertidumbre», señaló Mallard en una comparecencia ante los medios.
Durante los ejercicios en el Mar de Filipinas Occidental, las unidades navales y aéreas de Francia trabajaron estrechamente con la Marina y la Fuerza Aérea de Filipinas. Las actividades incluyeron entrenamientos en múltiples dominios operativos, diseñados para mejorar la capacidad de respuesta ante posibles desafíos en el entorno marítimo regional. Mallard fue enfático al destacar que estos simulacros simbolizan el compromiso duradero de Francia con la estabilidad regional, poniendo de manifiesto su intención de promover la seguridad colectiva a través de la cooperación multilateral.
Contexto geopolítico: tensiones en el Mar de China Meridional
El Mar de China Meridional sigue siendo uno de los puntos más álgidos de la política internacional. China, reclamando casi la totalidad de la región marítima mediante su disputada «línea de nueve puntos», ha intensificado en los últimos meses sus tácticas agresivas contra naciones como Filipinas, un hecho que Manila ha denunciado con creciente preocupación. Desde el uso de cañones de agua y láseres dirigidos hacia buques filipinos, hasta maniobras aéreas peligrosas, Pekín busca reforzar su presencia en áreas también reclamadas por otros países del sudeste asiático.
Al respecto, Marie Fontanel reafirmó la disposición de Francia para apoyar a Filipinas y a otros países regionales en la defensa de sus derechos soberanos bajo el marco del derecho internacional, incluyendo la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (UNCLOS). La embajadora también expresó su deseo de que futuras colaboraciones se formalicen a través de acuerdos bilaterales, como un Tratado de Fuerzas Visitantes (VFA), cuyo borrador ya fue presentado al gobierno filipino.
Una señal para la región y el mundo
Expertos locales e internacionales han interpretado esta visita como un movimiento que trasciende lo simbólico. Chester Cabalza, presidente del grupo de expertos Cooperación Internacional para el Desarrollo y la Seguridad, con sede en Manila, calificó la llegada del Charles de Gaulle como una declaración del compromiso de Francia con el Indo-Pacífico, no solo como socio estratégico, sino también como proveedor confiable de defensa.
«Francia está mostrando su capacidad como una nación marítima global, ofreciendo una alternativa frente a los crecientes desafíos de seguridad en la región», explicó Cabalza. Sin embargo, advirtió que esta acción podría ser vista por Pekín como una demostración de fuerza, lo que subraya aún más la importancia de construir una arquitectura de seguridad robusta y basada en principios en el Indo-Pacífico.
El futuro de las relaciones Francia-Filipinas
Consolidar relaciones más estrechas con Filipinas es parte de la estrategia de Francia para ampliar su influencia en una región donde confluyen intereses de potencias como Estados Unidos, China, Japón y Australia. Según Fontanel, Francia busca no solo fortalecer las capacidades de defensa de sus socios, sino también fomentar valores comunes, como la defensa del multilateralismo y el respeto a las leyes internacionales.
«Somos naciones marítimas y compartimos intereses comunes en proteger los océanos como espacios abiertos y pacíficos. Esta relación es más que un compromiso militar, es una asociación estratégica basada en valores compartidos», concluyó la embajadora.
Un faro de colaboración en aguas turbulentas
La primera visita del portaaviones nuclear Charles de Gaulle a Filipinas marca el inicio de una era de colaboración más sólida entre estas dos naciones. En un momento crucial para la geopolítica del Indo-Pacífico, la presencia francesa no solo reafirma el compromiso con una región libre y estable, sino que envía un mensaje claro: el derecho internacional y la cooperación multilateral son esenciales para afrontar los desafíos comunes.
Referencias: Embajada de Francia en Filipinas y Micronesia, Armada de Francia, Armada de Filipinas