Un nuevo aniversario conmemora uno de los episodios más significativos de la Guerra del Brasil, el Combate de la Punta de Quilmes, una acción naval que reafirmó el poderío estratégico de la flota argentina bajo el mando del legendario Almirante Guillermo Brown.
Buenos Aires, Argentina – Este mes se cumplen casi dos siglos de uno de los episodios más relevantes de la historia naval argentina: el Combate de Punta de Quilmes. Este enfrentamiento, que se enmarcó dentro del conflicto conocido como la Guerra del Brasil, puso a prueba la habilidad táctica y el liderazgo indomable del Almirante Guillermo Brown, quien comandó con éxito a la flota patriota en medio de circunstancias adversas.
La Guerra del Brasil, desarrollada entre 1825 y 1828, fue una consecuencia directa de la adhesión de la Provincia Oriental (hoy Uruguay) a las Provincias Unidas del Río de la Plata, tras su independencia de Portugal y su posterior rechazo a formar parte del Imperio del Brasil. Este suceso desató una guerra entre ambos países, donde la disputa por el control del territorio litoral se trasladó rápidamente al ámbito naval.

Una flota patriota frente al desafío de un gigante
Guillermo Brown, nacido en Irlanda y adoptado por la causa independentista rioplatense, asumió el desafío de liderar una flota nacional que, aunque limitada en recursos y tecnología en comparación con el poderío brasileño, contaba con la determinación y la astucia de un comandante que haría historia. Corbetas, bergantines, goletas y las modestas lanchas cañoneras integraban una fuerza que, si bien pequeña, supo encontrar en la geografía y las tácticas irregulares sus mayores fortalezas.
El combate de Punta de Quilmes, el 24 de febrero de 1827, marcó un punto clave en la confrontación naval, luego de otros enfrentamientos significativos como los producidos en Los Pozos, Juncal y Punta Colares. Previamente, el puerto de Buenos Aires enfrentaba un bloqueo naval impuesto por el Imperio del Brasil, que empleaba buques de superior tamaño y capacidad de fuego. Sin embargo, estos navíos más grandes y pesados se veían condicionados por las características del Río de la Plata, especialmente por sus zonas de poco calado.

Punta de Quilmes: estrategia, terreno y oportunidad
Consciente de esta ventaja natural, Brown trazó un plan audaz. Con su flota zarpó desde la isla Martín García rumbo a Buenos Aires, bordeando zonas de aguas restringidas para reducir la operatividad de los buques enemigos. Su objetivo era burlar el bloqueo brasileño y hostigar a las naves del adversario.
Al llegar a la denominada Punta de Quilmes, una proyección costera al sudeste de la ciudad, comenzó el enfrentamiento. La flota brasileña, alertada de la maniobra, desplegó la fragata Imperatriz, uno de sus buques de mayor poder, para interceptar a los patriotas. Sin embargo, la fragata encalló en las aguas poco profundas, lo que provocó un retraso en la respuesta brasileña. Aunque lograron desencallar la nave, el desenlace inicial marcó un golpe psicológico a las fuerzas imperiales.
Simultáneamente, las cañoneras de Brown se movilizaron con rapidez y precisión para atacar la goleta brasileña Dous de Dezembro, situada cerca de donde actualmente se encuentra el Club Náutico Quilmes. La velocidad y maniobrabilidad de las pequeñas embarcaciones patriotas resultaron determinantes para mantener la ventaja táctica. Pese a la desventaja numérica y material, la flota argentina logró infligir daños significativos al enemigo, forzándolos a replegarse hacia aguas más profundas y liberando de manera momentánea el paso hacia la ciudad.

Más que una victoria militar: impacto en la lucha por la soberanía
Aunque el combate de Punta de Quilmes no fue concluyente desde un punto de vista estratégico global, su impacto trascendió el ámbito militar. Fue una muestra de resistencia y determinación que infundió confianza entre las filas patriotas. El liderazgo de Brown y la capacidad de los marinos argentinos para desafiar a una potencia como Brasil se convirtieron en un símbolo de fortaleza para la joven nación.
Este enfrentamiento, junto con la victoria en la Batalla de Juncal unas semanas antes, debilitó gradualmente el control brasileño en las aguas rioplatenses y marcó una tendencia desfavorable para el Imperio del Brasil. La sucesión de estas acciones navales minó su capacidad de mantener el bloqueo, además de poner en jaque su pretensión de reincorporar la Banda Oriental bajo su dominio.

El camino hacia la paz y la independencia oriental
Si bien la Guerra del Brasil continuaría hasta el tratado de paz de 1828, que reconoció la independencia de la Banda Oriental bajo el nombre de República Oriental del Uruguay, el Combate de Punta de Quilmes subrayó el papel crucial de las fuerzas navales en la búsqueda de soberanía. Este episodio mostró cómo la combinación de conocimiento del terreno, valentía y estrategia puede superar incluso las adversidades más impresionantes.
Hoy, 198 años después, este combate permanece como un recordatorio del sacrificio y la audacia de quienes lucharon por consolidar la autonomía de un territorio que sigue defendiendo su identidad. Guillermo Brown se consagró no solo como un héroe militar, sino como un emblema de la perseverancia argentina en la lucha por la libertad.
Referencia: Gaceta Marinera, Armada Argentina